Todos hemos escuchado que el ejercicio regular es bueno para nuestro bienestar físico y mental. Ha sido elogiado por prevenir enfermedades. Ayuda a mantener un peso corporal saludable, mantiene los músculos fuertes y tonificados y produce una energía más constante. El ejercicio es tan vital que las escuelas primarias enseñan sobre el ejercicio, y las escuelas intermedias y secundarias incorporan una clase de gimnasia requerida en sus planes de estudio con la esperanza de que los jóvenes continúen cuidándose a sí mismos al hacer del ejercicio una parte de sus vidas.
El ejercicio ayuda a desarrollar músculo, reduce el estrés, aumenta la resistencia y ayuda a mantener un peso saludable, además de muchos otros beneficios. Pero, ¿cómo nos ayuda sudar, correr, levantar peso, caminar, nadar, sea lo que sea que elija hacer para que esos músculos se muevan y el corazón funcione? La respuesta comienza en los componentes más pequeños del cuerpo humano: las células.
Cómo afecta el estrés oxidativo al cuerpo
Para comprender los beneficios del ejercicio a nivel celular, primero debe comprender cómo el estrés oxidativo afecta al cuerpo. El estrés oxidativo es causado por un desequilibrio de antioxidantes y radicales libres. Cuando los radicales libres no se controlan, causan una reacción química en el cuerpo llamada estrés oxidativo, y esta es una mala noticia para la salud. El estrés oxidativo causa estragos en el cuerpo humano. Es una de las principales causas de enfermedad. Cuando el cuerpo acumula una acumulación de estrés oxidativo, puede provocar problemas de salud graves como:
- Diabetes
- Cardiopatía
- Cáncer
- Enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson
- Alta presión sanguínea
- Condiciones inflamatorias
- Endurecimiento de los vasos sanguíneos
El estrés oxidativo está relacionado con el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad. ¿Por qué? Varios trastornos de la edad, como la enfermedad de Alzheimer, la degeneración macular y la diabetes tipo 2, son el resultado de años de exposición a peligros ambientales como la contaminación, los malos hábitos alimenticios y el humo del cigarrillo. Todas estas fuentes externas pueden aumentar el estrés oxidativo, creando un ambiente altamente oxidativo en el cuerpo.
Una abundancia de estrés oxidativo durante un período prolongado de tiempo puede dañar o modificar la estructura del ADN, alterando la expresión genética asociada con el proceso de envejecimiento. Esto significa que cuando una célula depende de los genes para reproducirse correctamente, las células comienzan a hacer malas copias de sí mismas si el ADN ha sido modificado por una exposición prolongada al estrés oxidativo. Comienzan a crear células nuevas y mutadas, y esto da como resultado enfermedades relacionadas con la edad. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el ejercicio?
Redox y ejercicio
El ejercicio hace algo bastante sorprendente en el cuerpo, algo que los científicos no pudieron estudiar durante mucho tiempo porque esta cosa asombrosa es tan microscópica que solo la tecnología reciente les ha dado las herramientas para explorarla. Así que aquí está la gran revelación: el ejercicio produce especies reactivas de oxígeno. Y eso es realmente importante. ¿Pero por qué?
Las especies reactivas de oxígeno, también llamadas moléculas de señalización redox, son los reguladores maestros de las defensas antioxidantes. Los antioxidantes son lo opuesto al estrés oxidativo: lo equilibran y evitan que se salga de control. Eso significa que la lista de cosas malas que acaba de leer en la sección anterior se contrarrestan con las moléculas redox creadas en los músculos al hacer ejercicio. Y eso no es todo lo que pueden hacer.
Conexión músculo-redox
Existe un vínculo sorprendente entre la señalización redox y los músculos. Existe una fuerte evidencia de que la contracción muscular libera moléculas de señalización redox. Se cree que estas moléculas redox particulares, liberadas a través del tejido muscular, controlan ciertas secreciones que afectan las hormonas y el metabolismo. Entonces, en teoría, estas moléculas pueden afectar directamente el porcentaje de grasa corporal de una persona de manera positiva.
El ejercicio genera ondas sincronizadas y regulares de moléculas de señalización redox, que crean un entorno pro-oxidativo para las células. Este es solo uno de los muchos beneficios de la señalización redox y el ejercicio.
Si eso no fuera suficiente buena noticia, hay más. Las moléculas de señalización redox liberadas durante el ejercicio, que ayudan a contrarrestar el estrés oxidativo y regular las hormonas, hacen cosas más asombrosas: afectan a otras partes del cuerpo. Partes importantes. Partes realmente importantes. Otros tejidos celulares, incluidos los tejidos celulares remotos, se ven afectados positivamente por las moléculas redox creadas por el ejercicio. Algunos de estos tejidos incluyen:
- Celulas hepáticas
- Células endoteliales (células que recubren varios órganos como vasos sanguíneos, corazón y vasos linfáticos)
- Células del corazón
- Células endocrinas (el sistema que controla las hormonas)
- Células adiposas (células grasas)
- Células del cerebro
Durante los últimos veinte años, los científicos han comenzado a comprender el vínculo fundamental entre el ejercicio, la señalización redox, la comunicación intercelular y la homeostasis celular. Su nueva investigación integra la señalización redox, el ejercicio y los beneficios para la salud generalizados de incorporar una rutina de ejercicios en la vida diaria.
Un entorno pro-oxidativo puede ser lo mejor que una persona puede ofrecer a su cuerpo para lograr una salud y un bienestar óptimos. Lo único que necesitas
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Ricardo Ocando
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